En la capital de Italia se oyen voces de renovación. En el AS Roma han pasado muchas cosas este verano. Tras un año convulso lleno de decepciones, mal juego y cambio de técnico (Claudio Ranieri y Vincenzo Montella), Luis Enrique ha traído savia nueva, ha traído esperanza. Su gran año en el Barça B ha despertado el interés de muchos clubes europeos y de gran prestigio, y la decisión del técnico asturiano de entrenar al Roma ha causado mucho ilusión entre la afición. Pero no solo ha venido Luis Enrique. Junto a él han llegado grandes jugadores - también se han ido grandes nombres como Vučinić a la Juventus, Mexès al A.C.Milan y Ménez al PSG- mezcla de juventud y experiencia. Bojan, Stekelenburg, José Ángel o Gaby Heinze son algunos de los más destacados y en la prensa se afirma que el delantero Osvaldo está muy cerca de fichar. Pero hay un joven jugador muy prometedor que, en cierto modo, ha pasado desapercibido. Él es Erik Lamela.
Erik Manuel Lamela nació en Carapachay, una localidad de 25000 habitantes que pertenece a Buenos Aires, Argentina, el 4 de Marzo de 1992. Desde muy pequeño ya formó parte de las categorías inferiores del River Plate. Pero el año que más se dio a conocer ante el mundo fue en 2004 cuando se conocía en interés del Fútbol Club Barcelona de ficharle. Todo parecía estar casi hecho por unos 13 millones pero finalmente, el presidente del River, que por aquellos tiempos era José María Aguilar, hizo todo lo posible por retenerlo y lo consiguió. Habló con la familia del que por entonces era juvenil en el "Millonarios" y acordó que Lamela se quedará. Pero este hecho no consiguió logró frenar su impresionante progresión, ni la importante lesión que sufrió cuando tenía 15 años. "Coco" como muchos le apodan, debutó con el primer equipo en el torneo clausura de 2009, estando Gorosito de entrenador, en el partido ante el Tigre. Lamela entró en el minuto 80 sustituyendo a Robert Flores. Su primer gol tardó en llegar y fue ante el Club Atlético Colón, anotando el gol que empataba el encuentro, que finalizó 2-1 con victoria del River Plate. Siempre ha recibido numerosas ofertas que han sido desestimadas de inmediatos pero el Atlético de Madrid, en Marzo, envió una suculenta oferta que rondaba los 18 millones. El River estuvo dudoso de aceptarla aunque finalmente se rechazó. Pero en las oficinas del Millonarios no tenían pensado que su club descendiera estrepitosamente ante el Belgrano. Este hecho hizo que la fuga de talento fuera imparable. Y aquí la Roma estuvo avispada y se hizo con sus servicios a cambio del mismo precio que por Marzo había ofrecido el Atlético, 18 millones. Ya ha debutado con la selección nacional absoluta, en un partido amistoso ante Paraguay el 25 de Mayo de 2011.
Lamela juega de volante o mediapunta y su calidad es incuestionable. Sus mayores virtudes son el regate, la conducción de balón, su dribbling y su gran tren inferior. Esto hace que puede zafarse de sus rivales en la arrancada, mediante un cambio de ritmo o por simple velocidad punta. Su repertorio técnico abarca todo tipo de malabarismo: gambetas, bicicletas, taconazos, rabonas (véase este golazo), y un largo etc. Su altura supera el 1,80 metros pero su físico puede y debe mejorar aunque nunca rehuye el contacto con los rivales. También tiene capacidad de meter goles y realizar buenos centros. Su pierna zurda es exquisita y es un gran lanzador de faltas y de tiros lejanos. Debe mejorar, sin duda, la faceta táctica y defensiva. Este defecto es muy común entre los jugadores jóvenes y sobre todo en los que salen de países como Brasil o Argentina. Otro factor a mejorar es el último pase, tan necesario para un mediapunta como él, y su exceso de regates en muchas ocasiones. De solucionar sus defectos, estamos ante un jugador que en muy pocos años, la Roma se le quedará pequeña y los grandes suspiraran por él.
En el esquema de la Roma de Luis Enrique con un 4-3-3, Lamela podría actuar como falso extremo derecho.
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